Viviana Huízar
The Vyral Times x Pride CDMX 2022
Sentir orgullo por ser capaces de reconocer que aquello que antes era percibido como “diferente” (e incluso incorrecto) por salirse de una norma en realidad no lo es, amerita un festejo: quizás es un mes entero para reconocerlo, o un día para apoderarse de las calles y salir a presumir un profundo logro para la libertad de expresión de la sexualidad y el género que exige visibilidad, derechos y reconocimiento social.

El Pride sí celebra el orgullo, la libertad y el valor de asumir la propia identidad sexual o de género como algo natural y auténtico que le corresponde a cada ser humano. Pero es también un recordatorio de la lucha, una conmemoración para todos los valientes que se atrevieron a ser ellos mismos y se adueñaron de su propia piel a pesar del castigo impuesto por una sociedad incapaz de sostener aquello que se sale de la norma.
Cada año desde 1969, el 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo LGTBIQ+. El día se eligió a raíz de los disturbios de Stonewall, en Nueva York, cuando la policía dirigió una redada en contra de la comunidad gay, quien respondió con manifestaciones. Este episodio marca el momento en que la comunidad queer en Estados Unidos comienza a luchar contra el sistema legal, policial y social que la rechazaba, reprimía y discriminaba.

El 25 de junio del 2022 se celebró la edición número 44 de la marcha del Pride en la Ciudad de México, y estuvo dedicada a la denuncia en contra de la violencia a las mujeres que forman parte de la comunidad LGBTIQ+. Más de 300 mil personas se reunieron para defender y exigir la seguridad social y los derechos de esta comunidad.
Atreverse a ser uno mismo requiere de mucho valor, y es justamente la diversidad lo que hace fuerte a una sociedad. La comunidad queer que marchó éste año se mostró en todas sus facetas, porque la diversidad no sólo es de género y sexual, y formar parte de ésta tiene tantas definiciones como individuos la conforman. Admiramos a aquellos que se presentaron en su versión más cotidiana, a los que se presentan en la versión más expresiva del orgullo absoluto tomando simbolismos de lo que es para ellos permitirse llevar su identidad con libertad y a los que continúan buscándola.

En México, el 11% de la población se considera como no heterosexual, según la encuesta LGBT+ Orgullo elaborada por la consultora Ipsos. De las 19 mil 069 personas encuestadas de entre 16 y 74 años de 27 países, el 3% se identificó como homosexual, el 7% bisexual y el 1% como asexual. Por otro lado, el 3% de los mexicanos entrevistados se identifica a sí mismo con un género fluido, diferente al masculino o femenino. El 1% se identificó como transgénero, no binario, no conforme o de género fluido, y el 2% optó por no contestar. Consideramos importante señalar que el 15% de los encuestados optó por no definir su orientación sexual.
Vyral quiso expresar un poco de cómo entiende, apoya y admira ésta lucha y el constante movimiento de ésta comunidad que cada vez toma más fuerza. Creemos que parte de lo que la hace tan original y admirable es que precisamente permite que cada quien la exprese desde su trinchera. Asistimos a la marcha, y dejamos algunos carteles diseñados y escritos por el equipo en donde nos atrevimos a decir qué es la libertad sexual y de género para nosotros.

Como equipo, identificamos un sentimiento colectivo que nos motiva a seguir luchando por la liberación, sí marchamos para celebrar el terreno ganado en términos de libertad de expresión y derechos, y sí queremos que la lucha sea cada vez más visible, pero aún hay miedo. Seguiremos levantando la voz agarrando y fuerzas para salir a decir todo lo que tengamos que decir hasta sentir la libertad de expresarnos como somos y asumir que cada integrante de la comunidad queer merece todo lo que pueda imaginar, merece ser visto y respetado en términos emocionales y sociales.
Desde nuestro sentido de admiración, seguiremos buscando formas para visibilizar el valor que se requiere para formar parte de ésta lucha, celebrar el terreno ganado y comenzar a marcar pauta para recorrer el camino que aún falta. Buscando brindar dicha visibilidad, platicamos con Ximena García, mujer trans de 28 años que vive en la Ciudad de México.

Para ella, la expresión del género es justo eso: “expresar el género que eres a través de la ropa, el comportamiento, cómo respondes en situaciones sociales, tipo a cuál baño entras. Es poder hacer todas estas cosas sin que se ponga en cuestionamiento tu género”.
Es entender que independientemente de lo que ella quiera ponerse cada día, su identidad y género no cambian. “Hay veces que se me antoja vestirme masculina, otras veces más femenina, y la libertad sería poder hacer estas expresiones sin que se cuestione, sea por otras personas o por mi misma”.
Durante su proceso, Xime identifica como el mayor obstáculo “la imagen que ha creado la sociedad de las personas trans”. Es una realidad que la cultura mediática cuenta con muy poca representación de las personas trans en la sociedad, y aunque no completamente, sí hay una gran parte de ésta que tiende a inclinarse hacia la negatividad. “La representación que veía en las pelis era de mujeres trans torturadas, tristes y trágicas. Esto me hizo pensar que al transicionar mi vida iba a ser muy difícil y llena de sufrimiento, y cuando hice el salto a empezar a vivir auténticamente me di cuenta de que no es así. Se puede vivir una vida llena de felicidad y amor, y es más, según yo, ser trans me da una sensibilidad ante la vida que la hace aún más gustosa”.
La aceptación siempre empieza adentro. Cuando Xime comenzó con el proceso de transición “sentía mucha ansiedad de cómo me percibía la gente y de la incertidumbre de a dónde me llevaría el proceso”. Pero el valor de sentirnos libres es inmesurable, “sentía muchísima euforia por poder expresarme y actuar naturalmente como la mujer que soy, y el increíble sentimiento de que porfin me podía dejar ir, y simplemente existir. Hasta los colores me parecían más vívidos y la música me sonaba mejor”.

Aunque la información sobre los géneros y sexualidades cada vez es más abierta para quien busque accederla, aún hay mucho trabajo por hacer. Por lo pronto, podemos partir de que temas como el físico y personal quizás seguirán siendo eso, por lo que debemos convertirnos en una sociedad más sensible ante la privacidad e intimidad del otro (sea cual sea su género, identidad o preferencia sexual). La sexualidad es propia, y sólo le corresponde cuestionarla al que la vive en carne propia.
“Una reacción recurrente que cabe mencionar es que muchas personas me preguntan si me voy a operar o “transicionar completamente”. Aunque entiendo su curiosidad, se me hace invasiva la pregunta y me molesta un poco que vean el ser trans como un proceso médico. Siempre como respuesta digo con orgullo digo que no, no me interesa operarme, me gusta mi cuerpo como es y ya soy completamente mujer”.
La lucha es de todos, porque aunque no formes parte de la comunidad LGBTIQ+, sí formas parte de ésta sociedad. Para Xime, “une aliade es alguien que se atreve a luchar en nuestro nombre cuando a nosotres no nos alcanza la fuerza. Puede ser en momentos pequeños. Por ejemplo, el otro día una señora me estaba malgenerizando, es decir refiriéndose a mi como hombre, algo que me causa angustia y casi nunca me molesto en corregir. Sin embargo una amiga con la que estaba la corrigió: “es ella, no él”. Me ahorró el trabajo de tener que defender mi realidad y me quitó un peso de encima. Se me hizo una gran aliada aún en ese momento que podría parecer insignificante”.